RSS

sábado, 4 de septiembre de 2010

el último poema de amor




Busco tu divina presencia,
Al interior de mi esencia,
Creo que he vuelto a encontrar,
La suave brisa de tu luz al caminar.

Shtt!! Guarda silencio un momento,
Bajo la cálida expresión de nuestras miradas,
Teñidas de dulzura e inocencia,
Sujetas por el hilo de la demencia.

Toma asiento frente a mí,
Relaja vuestro cuerpo y cierra los ojos,
Que algo os tengo decir,
Quizás un par de cosas,
Que en persona nunca me atreví a sentir.

Te quiero,
Con la mano en el corazón,
Jurando estar contigo,
Aun cuando la situación
No lo quiera así,
Por más de alguna razón.

No pienses que de cuidarte algún día me iré cansar,
De velar por tus sueños cada día sin cesar,
Es sólo que es demasiado,
Dudo que mi pobre corazón lo pueda aguantar.

Así es como te quería ver,
Tranquila y más mujer que nunca,
Esperando que en un instante,
Caigan lágrimas del cielo
Al vernos juntos una vez más.

Es que realmente no te puedo dejar,
Cien veces hemos de pelear
Más el cariño que os tengo
Va mucho más allá,
Que la terquedad es vencida por la debilidad,
Debilidad de poder tan solo una vez más
Contigo poder hablar, aunque para esto nos debamos ocultar.

Recuerdo una vez te dije,
Que nunca me olvidaría de ti,
Que tu sonrisa y tu mirada,
Serán eternas en este pequeño corazón.

Es que olvidar esa luz de tu mirada,
Que colorea los rincones más oscuros,
De verde pasión,
Como la naturaleza lo hace,
Ante el invierno abrumador.

Eres un angelito,
En el cual me puedo refugiar,
Quizás por la eternidad me puedes cuidar,
Eso espero, de verdad.

Que puedo decir de tus alas,
Emplumadas y envueltas de suave algodón,
Que al abrirlas,
Tapas en un instante la triste soledad.

Entre tus alas puedes cubrir,
Un alma que no puede caminar,
Te agradezco por más de alguna vez,
Que me levantaste y junto a ti,
Pude al fin andar.

Me gusta pasar el tiempo contigo,
Todo se detiene a nuestro alrededor,
Y nada tiene una simple explicación,
Es como vivir fantasías,
Dentro de esta triste realidad.

Rosar tu piel,
Juntar nuestras manos,
Usando eso como excusa,
Para poder sentir tu inmenso calor,
El que entregas sin condición.

Como es que la vida pretende a veces,
Ocultar tu belleza,
Es que os envidia mi querida,
Por ser como eres,
Por ser tan Bella,
Mujer.

Si quisieras te podría llevar al inmenso mar,
O al lugar en que tú quieras estar,
Donde quieras te podría llevar,
Quiero que sepas,
Que por ti soy capaz,
De mil tierras invadir,
Hasta tu persona poder rescatar.

Déjate seducir,
Deja vuestro corazón sentir,
Deja la razón a un lado,
Y vuela junto a mí,
En un mundo de eterno sueño,
Al paraíso el cual alguna vez conocí.

Siento celos,
Lo reconozco sin temor,
Me molesta no poder estar contigo,
Compartir y reír,
Como lo puede hacer cualquier otro,
Cualquier día sin pensar.

Qué más os puedo decir?
Que te extraño cuando tan lejos estás?,
Es que tú esencia,
Es imposible de olvidar.

Dejas un aroma especial,
Que inunda de placer,
De aquí al cielo debe llegar,
Ya que imposible resulta,
El perfume de tu piel no poder recordar.

Está bien,
Puedes ponerte de pie,
Acércate a mí,
Pero hazlo lentamente,
Como si el tiempo no existiera,
Y regálame un segundo,
Que dure por siempre,
Oh! Dios, de este sueño por favor,
No me hagas despertar nunca más.

Si por alguna razón estás mal,
No dudes en llamar,
Que por lo menos ayudarte a sentir,
Estaré ahí sin pensar,
No lo dudes jamás.

O juguemos a mirar la luna al mismo tiempo,
Como lo dice aquella canción,
Háblame a través del viento,
Que el se encargará de darme tus mensajes,
Sea cual sea,
Yo lo podré escuchar.

Te pido perdón,
Si alguna vez te he hecho llorar,
Si me alejé de ti por necedad,
Solo perdóname por creer que lejos de ti,
Todo iba a pasar.

Esto es lo que en algún futuro,
Espero poder a mis nietos contar,
Que un día existió,
La mujer más hermosa del mundo entero,
El ángel que me hizo realmente feliz.

Es hora de decir adiós,
No mal entiendas,
Es solo para este humilde escrito poder concluir.

En resumen,
Podríamos decir que eres especial,
Por eso os quiero,
Os quiero de verdad mi hermoso angelito,
Que sea como sea,
Es lo único que nunca en tu vida debes olvidar.



Cobijados por dulce luz,
tenue cual resplandor primaveral,
abrazados por sangre bañada en arte,
cuyas mentes inclinadas en la balanza del destino
son incomprendidas como el lenguaje del árbol astral.

Unidos por la sangre de nuestros antepasados,
viviendo en el espacio de nuestras mentes,
jugando a ser libres con nuestras manos,
creando vida,
siendo nuestros propios Dioses.

A medida que el tiempo pasó,
crecimos forjando el arte en nuestras venas,
seducidos por el Tigre y el Dragón,
por la llama reluciente
que avivaba a gritos nuestra única pasión.

El calor en nuestras manos por desenredar,
esos seis cabellos de nuestras mujeres de madera,
por hacerlas llegar al orgasmo,
por tocar nuestra melodía perfecta,
esa misma, la del último adiós.

La excitante necesidad por plasmar en un papel,
recuerdos, paisajes y personas,
una forma de presente hacia los demás,
cobrando a cambio una sonrisa e incluso a veces
una lágrima de inexplicable razón.

El poder ver cualquier vida en cartas o un cigarrillo,
agradecemos a quien nos regaló este pseudo Don,
estrechar su mano,
y darle una taza de café con melodías melancólicas,
por darnos otra forma de ayudar a los demás.

La facilidad de soñar despiertos,
El poder reflejar en poesía
Lo que nuestro tercer ojo anhela demostrar,
Sin medir causas ni consecuencias,
Es que en verdad,
Somos poetas clandestinos al momento de expresar.

Es aquello llamado arte,
lo que nos ha llevado a vivir,
realmente a existir y llegar hasta aquí,
junto a Les Mondes,
que en poesía eterna nos vio partir.


Escrito por Luaviah (Javier Arias)
Dedicado a mi gan amigo y hermano, Eduardo R. Arias .