Milenario árbol de llaves del pasado,
Conjugado abreviadamente por el tenue y simple sentimiento,
Conjunto salado y olvidado,
Concientes de aquellos entes malheridos,
Jugando con sus destinos.
Recuerdos que invaden,
Atravesando dulces momentos,
Jugando a ser niños,
Juntos en el movimiento astral
Sellado por el último umbral.
Llaves del alma
Renacientes cual ave fénix,
De aquella ceniza mojada
En los llantos de nuestros ancestros,
En la pena de nuestro anhelo.
Caminos iluminados por la vida,
Que demonios y malas vibras
Durante nuestra infinita existencia,
Han intentado apagar.
El misterio intenso de aquellas llaves,
Que unidas abren
Paso a paso,
El infinito sendero de deseos.
Raíces de hierro,
Forjados de puro acero,
Crecen sin sentido,
Buscando entre escombros,
Tierra fértil sin abismos.
Arcángel de la libertad,
Fuego pausado de la inmortalidad,
Ruge en el tallo de aquel árbol,
Encontrando respuestas
En sus hojas,
En su pseudo amor,
En nuestro andar,
En la nobleza de un caballero medieval,
En el arte de los mundos ( Les Mondes),
Y quizás, porque no,
En nuestro simple mirar.
